El espacio guarda el futuro de nuestra especie. El turismo espacial es uno de esos y Derek Webber en su libro "The Wright Stuff– The Century of Effort Behind Your Ticket to Space" muestra cómo fue una progresión tan lógica y promete mucho desde donde estamos hoy. A través de sus palabras, vemos cómo los ciudadanos privados pronto podrán disfrutar y contribuir al futuro de nuestra especie.
Los hermanos Wright volaron por primera vez su avión controlado por humanos en diciembre de 1903. El autor utiliza esto como el punto de partida y el mismo nombre de su libro. Con una voz viva y activa, lleva al lector a lo largo de una historia rápida y algo rutinaria de vuelo y cohetes. Sin embargo, donde la mayoría de los viajes históricos, especialmente en el campo de la industria aeroespacial, se centran en los eventos y la tecnología, este libro defiende al individuo o, en ocasiones, a una pareja como con los hermanos Wright.
De manera algo jocosa, el autor unge un "Premio Wright Stuff" a las personas que él cree que han contribuido de manera más significativa al turismo espacial. Algunos destinatarios son obvios, como los hermanos Wright y Sergei Korolev, que respectivamente avanzaron en vuelo y cohetes. Otros destinatarios pueden causar algunas sorpresas, como el ex presidente George Bush y Chesley Bonestell. Sin embargo, está claro que la intención del autor es mostrar que las principales contribuciones al campo del turismo espacial han surgido de una fuente dispar de promotores y proveedores.
La relevancia real del libro viene con su capítulo final titulado Turistas. En él, el autor presenta al lector a personas no gubernamentales que se han aprovechado de uno o dos asientos libres y han utilizado equipos gubernamentales, principalmente la nave espacial Soyuz, para viajar al espacio. Sus vuelos fueron principalmente para placer personal. Los primeros fueron patrocinados. La mayoría de los últimos utilizaron fortunas personales. Casi todos siguen vivos hoy. Estos, según el libro, son los turistas originales y son los que demuestran ser tan benefactores como campeones del vuelo espacial humano.
Si bien la primera parte de este libro enfatizó al individuo y sus logros, la última sección extiende el turismo hacia el futuro. En él, el autor recorre una cacofonía de compañías, desarrolladores y pioneros actuales que compiten entre sí para ofrecer paquetes de viajes espaciales razonables y atractivos. Algunos parecen tener muchas promesas, como Virgin Space con su nuevo puerto espacial y el vehículo White Knight 2. Otros acaban de comenzar vuelos de prueba, mientras que otros se encuentran en las etapas de planificación. Sin embargo, todos se muestran como parte de un sector comercial ocupado con el objetivo de ofrecer, a un costo razonable, unas pocas horas de viaje o muy cerca del espacio.
Con la progresión histórica y la revisión de las organizaciones actuales, el
El autor ha demostrado que el turismo espacial tiene una base sólida y que la infraestructura de apoyo continúa floreciendo. Sin embargo, el libro no aborda algunas preguntas básicas. El principio es que gran parte de la industria actual todavía está centrada en la Tierra. Las personas vuelan hasta el borde del espacio, ven la curvatura de la Tierra y vuelan hacia abajo. Como tal, sería un pequeño paso para mover nuestra especie hacia el espacio, pero el viaje espacial aún sería un largo camino por recorrer. Además, el libro no trata con mucha justificación del argumento comercial para el turismo espacial. Se menciona a la Comisión sobre el Futuro de la Industria Aeroespacial de los Estados Unidos. Pero, colocar el futuro de nuestra especie en los caprichos del gasto discrecional parece, en el mejor de los casos, oportunista. Así, mientras el libro muestra progreso, el progreso puede ser fugaz en lugar de una capacidad permanente.
Este libro presenta una visión descarada, audaz y optimista del turismo espacial. "The Wright Stuff– The Century of Effort Behind Your Ticket to Space" de Derek Webber analiza las contribuciones positivas a través de la breve historia de los vuelos de la humanidad y ofrece una sensación positiva sobre el turismo espacial. No sería una sorpresa si después de leer este libro, el lector comenzara a ahorrar para su propio viaje futuro al espacio.
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