Ya sabes el cliché: no se trata de Si un asteroide golpeará la Tierra, es una cuestión de cuando. Parte de este proceso de aprendizaje será estudiar los asteroides potenciales de cruce de la Tierra con gran detalle. La ESA tiene tal misión en las obras: Don Quijote.
Hay varios problemas con los asteroides. Para empezar, ni siquiera sabemos dónde están todos. Pero incluso cuando descubrimos sus ubicaciones y trazamos sus órbitas, todo es un juego de probabilidades. Con el tiempo, los asteroides interactúan con otros objetos, y sus órbitas cambian de formas difíciles de predecir. No solo eso, sino que la luz solar calienta los asteroides de una manera que puede darles un pequeño empuje, para que puedan cambiar sus órbitas por sí mismos.
Los astrónomos están trabajando duro para catalogar todos los asteroides que existen; Las encuestas automatizadas deberían encontrar la mayoría de los objetos de más de 140 metros (460 pies) alrededor de 2020. Pero es difícil trazar sus posiciones exactas y, por lo tanto, sus trayectorias futuras.
Entonces, Europa planea acercarse y etiquetar un asteroide. Con una baliza orientadora, un asteroide será mucho más fácil de rastrear a medida que se mueve a través del Sistema Solar.
La misión se llama Don Quijote, y funcionará en dos fases. La primera fase consistirá en un orbitador que se encontrará con un asteroide y comenzará a rodearlo. Monitoreará el asteroide durante varios meses, estudiando su tamaño, forma, masa y campo de gravedad.
En la segunda etapa, una nave espacial impactadora chocaría contra el asteroide a una velocidad de 10 km / s, que la primera nave espacial observa, algo así como lo que sucedió con Deep Impact. El orbitador podría estudiar el asteroide nuevamente, viendo lo que cambió. Los observadores terrestres también podrían realizar mediciones precisas en la órbita del asteroide y determinar cómo cambió su trayectoria desde el impacto.
La ESA no tiene en mente un asteroide específico, pero están considerando seriamente una roca espacial llamada Apophis, que se acercará peligrosamente a la Tierra en el futuro.
Si se aprueba la misión, podría lanzarse a principios de la próxima década y tomar alrededor de 25 meses para volar a su objetivo. Quizás entonces podamos manejar mejor los asteroides potencialmente peligrosos y aprender todo lo que necesitamos saber para prevenirlos.
Fuente original: Comunicado de prensa de la ESA